Opinión y Política

Marjorie Reyes y su esposo Paúl Montalvo son los fundadores de la empresa Taytta Hays by Kurinty, la cual nace hace diecisiete años como proyecto de pregrado. La investigación consistía en identificar lugares turísticos de la costa ecuatoriana que también produzcan artesanías, en donde pudieron observar todo su potencial. Luego de graduarse como ingenieros en administración con mención en hotelería y turismo, decidieron formar su propia compañía y darle forma a su sueño emprendedor que era visibilizar el trabajo de nuestros artesanos.

Si bien es cierto que hay muchos emprendimientos que se quedan en el camino al no poder superar los obstáculos que siempre hay que vencer, esta pareja de empresarios hace énfasis en que la persistencia y la identificación clara del producto, los objetivos y el mercado al cual se van a dirigir son factores decisivos para llegar a la meta. Otro elemento muy importante es la confianza que hay que generar con los artesanos, que son los proveedores del producto, para construir una relación que debe mantenerse a lo largo del tiempo y que beneficie a ambas partes.

Romper los paradigmas de “no se puede emprender en el Ecuador” es el primer paso que debe darse, indica Marjorie Reyes. Una relación comercial equitativa es lo que caracteriza a Taytta Hats, como por ejemplo pagar un precio justo a los artesanos. Posteriormente está la capacitación, pues ellos no manejaban procesos ni conocimientos para mejorar sus técnicas aprendidas ancestralmente, así que esto se hizo para que se pueda tener los niveles exigidos de calidad para llegar a mercados internacionales. Un factor que debe mejorar es el alto costo de fletes de exportación, que en cantidades menores a 100 Kg se debe usar couriers cuyos precios son muy altos; el cierre de Correos del Ecuador complicó más estos procesos y por tanto se debió aumentar el costo del producto para poder enviarlo al exterior.

Marjorie Reyes y su esposo Paúl Montalvo

En el 2007 Paúl recuerda su primera exportación a Estados Unidos, luego en el 2009 Taytta Hats ganó la primera subasta inversa del sistema nacional de compras públicas y colocó 9.900 sombreros de paja toquilla que fueron utilizados para promoción del Ministerio de Turismo y de la Presidencia de aquel entonces, lo cual fue un impulso muy importante  para que la marca se posicionara. De las manos de 487 artesanas podemos disfrutar de diseños maravillosos, variados, llenos de color y también tradicionales que nos maravillan por la capacidad de creación de las manos de mujeres que se encuentran en Azuay, Cañar y Manabí. Marjorie cuenta que llevan un registro meticuloso de sus artesanas y que han sistematizado su relación de trabajo identificando sus habilidades, procesos y mejoras que se han ido desarrollando con el tiempo. De esta forma, cuando hay requerimientos específicos, ellos saben a qué comunidad acudir para cumplir con las expectativas del pedido. La observación desarrollada a lo largo de todos estos años y este especial relacionamiento ha permitido que desarrollen una experticia en el producto y en los accesorios que además se fabrican a partir de él, como las bolsas y cajas para llevarlo. Además trabajan con las mujeres de la comunidad de Zuleta, en Imbabura, para que hagan las cintas bordadas a mano para los sombreros. Utilizan un desecho textil llamado trapillo y adicionalmente han desarrollado sus propias líneas de negocio, venciendo el condicionamiento de fabricar siempre los mismos productos. El respeto al artesano y a su trabajo es un pilar fundamental para Taytta Hats. No podían olvidarse de nuestra hermosa Amazonía, en donde mujeres igualmente están innovando en diseños con semillas para adornar estos fantásticos sombreros. Las cajas también tienen una notable particularidad, y es que tienen escrita de forma didáctica, la historia del sombrero de paja toquilla y de por qué se llama Ecuador Hat y no Panamá Hat, como erróneamente se lo ha conocido. Esta forma creativa de posicionamiento le da un valor cultural y de pertenencia a este hermoso accesorio que ya está visualizado en el exterior como un elemento de distinción para lucir, como Estados Unidos y Europa que son sus mercados principales. Comentan que si bien es cierto que se puede encontrar todo tipo de precios en el sombrero de paja toquilla, es fundamental entender que el tiempo y el esfuerzo del artesano deben ser reconocidos en el producto final. Durante mucho tiempo el trabajo artesanal no ha sido valorado ni bien remunerado, y el éxito de esta empresa es que mantiene la filosofía de ganar-ganar, haciendo que los beneficios sean compartidos y de esta forma los vínculos comerciales sean duraderos.

Las herramientas del marketing digital han sido igualmente aprovechadas por estos emprendedores, es sumamente importante utilizar las redes sociales para promocionar el producto, tener una página web dinámica que visibilice la belleza del sombrero de paja toquilla. Pinterest, Instagram, son redes sociales que son claves a la hora de posicionar un producto, al igual que desarrollar un buen branding y una identidad de marca, comenta Paúl. Añade adicionalmente que tienen procesos certificados reconocidos: “Mucho mejor Ecuador”, en proceso la marca “Pichincha”, que vienen a ser sellos de calidad de este maravilloso accesorio. La materia prima que utilizan es amigable con el medio ambiente, lo que ahora es un requisito muy importante de fabricación.

De esta forma, la marca Taytta Hats, que proviene de la fusión del vocablo en quichua Taytta –padre y en inglés Hats- sombrero, ha permitido que se desarrolle la gran creatividad de las manos de las artesanas del país y que en el mundo se conozca que es un producto ecuatoriano, hecho con dedicación y excelencia por empresarios comprometidos con una nueva visión y propósito. Marjorie y Paúl perciben una reactivación luego de la pandemia y visualizan ya la participación de su marca en ferias nacionales e internacionales. Un producto de triple impacto como este produce compradores de triple impacto también. ¡Orgullosamente ecuatorianos, felicitaciones, Taytta Hats!