Opinión y Política

Comúnmente, se ha entendido el perfil del comunicador como aquella persona que ha estudiado la carrera de Comunicación Social y que posee las habilidades de escribir, conceptualizar, resumir, investigar, leer, y ser un buen conocedor de los temas más importantes de la actualidad. Ahora también se ha separado el concepto de Comunicador y Periodista conceptualizando a la comunicación como una actividad más amplia que aquella de realizar las tareas antes descritas y que corresponden a la que se realizan en un medio de información.

Mucha gente no se ha formado en esta hermosa carrera, viene de otras disciplinas y posiblemente ha hecho un post-grado para poder tener también un complemento en sus conocimientos y ocupa un puesto en empresas u organizaciones como DIRCOM’s (Directores de Comunicación).

Otras personas han trabajado en periodismo, han acumulado experiencia en algún medio de información pero no han pasado por la certificación formal de un Centro de Educación Superior o han estudiado en algún momento y no han obtenido la titulación. Esto perjudica mucho a la hora de optar por una mejoría salarial o una búsqueda de nuevas oportunidades laborales pues en el momento actual el título es un requerimiento esencial. A pesar de ello, encontramos personas que desempeñan muy bien su trabajo y han crecido como referente en su área de opinión pública, como algunos casos de reconocidas figuras de radio, prensa escrita y televisión que han estudiado otras disciplinas pero que hicieron carrera en un medio de información.

Con el advenimiento de la era digital, la carrera de Diseñador Gráfico y la actividad de Community Manager, son complementarias a la de Comunicación. La imagen comunica, el texto bien puesto en redes sociales también, tratados con el rigor profesional que se sobreentiende. Algunas personas lo manejan de forma adecuada cuando representan a una empresa o institución. Cuando las cuentas son personales encontramos un variado universo de exposición de intimidad, violencia, denuncias, fotos “in fraganti”, etc. Las acciones rebasan el tratamiento informativo de contraste y verificación y se transmiten en directo. Lo evidente a veces se presta para tergiversaciones. Y ahí es cuando todo el mundo juega a comunicar.

Es muy importante observar los criterios de la deontología periodística. El periodista investiga, contrasta, verifica, redacta y publica. Pero ahora en un medio caotizado por la falta de trabajo adecuado está formándose un nuevo grupo de “todólogos” que participan en redes sociales pues son fotógrafos, camarógrafos, postean en redes, hacen locución y presumen de escribir también.

Hay un adagio que dice que “el que mucho abarca, poco aprieta”. Cada área está circunscrita a nuevos segmentos y debe entenderse así. Las personas que contratan servicios deben separar las áreas de Diseño con las de Community Manager y Periodistas. Si bien todo pertenece al gran paraguas de la Comunicación, el abuso ofreciendo sueldos bajos exigiendo un múltiple desempeño de funciones se hace presente con mucha fuerza.

También se ve el lado opuesto con la ganancia exacerbada observada en los contratos de “Consultorías de Comunicación” en muchas instituciones del Estado demandando sumas escandalosas y cuyo contenido en vez de ser investigativo, cultural o de temas importantes de opinión pública, corresponde a productos propagandísticos de video, a actividades de “branding” o de posicionamiento político, etc., que no se compadecen con la austeridad proclamada desde altas esferas de gobierno. Esto impacta en general en la sociedad, pero más en el grupo de profesionales de la comunicación que están luchando por conseguir un trabajo acorde a su preparación y experiencia.

Entre otros factores, esto se da porque irónicamente no se ha entendido qué es lo que hace un comunicador. Abundan las ofertas por todo lado pero no se sabe qué es y qué abarca.

La comunicación es un eje transversal que tiene toda actividad humana. Todo comunica.: las palabras, el silencio, los gestos, el cuerpo, las acciones que se ejecutan y las que no. Hay que categorizar la naturaleza de una actividad comercial, profesional, institucional, empresarial, personal etc., para definir qué es lo que se necesita: ¿Un escritor? ¿Un investigador? ¿Un redactor? ¿Una persona que diseñe? ¿Un gestor de comunidades digitales? ¿Un publicista? Lo justo sería asignar un presupuesto adecuado para cada una de estas funciones y formar un equipo que se complemente, pues aunque todo el mundo se crea “comunicador”, pocos lo hacen de manera honesta, eficiente y profesional, y el resultado final es que todos se lanzan a hacer de todo, sin los resultados adecuados. El mercado laboral está saturado porque todo está en un mismo saco, por lo que los solicitantes de perfiles laborales como los encargados de hacer la selección, llámense gerentes de personal, (ahora conocido como “talento humano”), head hunters, etc., deben estar claros frente a esto, pues se logrará orden y eficiencia dentro de las diferentes organizaciones. Como decían los mayores: “zapatero, a tus zapatos”.

Daniela Mena

Comunicadora social y gestora de proyectos

danielamena@hotmail.com